Archivo mensual: octubre 2013

Los finados, practiquemos lo nuestro

Mañana es el día de Todos los Santos y, aunque el Día de los Difuntos es el sábado 2 de noviembre, desde hoy conmemoramos, más allá de las propias creencias religiosas que pudiéramos o no tener, Los finados.

Los finados
Castañas y los finadosLa cultura anglosajona, a través sus poderosos medios como, entre otros, el buscador global Google, nos arrolla con su pseudo-tradición de Halloween para extender el mercado que conlleva aparejado y al mismo tiempo contribuir a hacer desaparecer tradiciones propias de regiones como la nuestra. Esto no será posible si ponemos en valor y practicamos lo nuestro. En este caso, se trata de la tradición de Los finados, que debemos reivindicar y difundir particularmente entre los más jóvenes, que son también los más desconocedores y expuestos a la aculturación provocada por lo foráneo.

Para quien no esté al corriente les transmito este breve esbozo:

Los niños en los finadosLos Finados es una tradición canaria consistente en la reunión de familiares, amigos y vecinos a modo de convivencia en una noche peculiar. La mujer de mayor edad de la familia recuerda a los muertos, los finados. Se ven sus fotos y resaltamos sus virtudes, contando anécdotas de su vida. Mientras, se comen los frutos de la estación: castañas, nueces y manzanas del país. Por los fríos se acompaña también con degustación de anís, ron miel o vino dulce.

Con el paso del tiempo se le ha dado un carácter un tanto lúdico-popular con la participación de grupos de vecinos e incluso se acompaña la noche con el toque de alguna parranda que ameniza la “finada”. En los Arbejales de Teror y en Valsequillo se traslada el rito a la calle con los Ranchos de Ánimas, que ronda al pueblo o al barrio con su peculiar canto.Era costumbre en los pueblos cumbreros de Tejeda y Artenara, prepararse para ese día con la matanza previa del cochino y amasar el pan, se invitaba a los familiares y vecinos más cercanos al almuerzo, normalmente a base del “Mojo de Cochino”, preparado con las asaduras del animal sacrificado, haciéndose un exquisito guiso al cual se le añadían almendras, pasas y piñones.

Llegado el día, los niños cogían una talega e iban visitando las casas pidiendo para “Los santos”. Tocaban en la puerta y preguntaban: «¿hay santos?». El vecino o vecina decía que sí, depositando en la talega, nueces, higos pasados y castañas. Por la tarde se reunía la familia para comer lo que habían recogido los niños, acompañado de anís y vino dulce. Normalmente por la noche se celebraba un baile de taifas muy esperado por los jóvenes. Todo terminaba a las doce de la noche, para respetar el día de los difuntos.

Aqui tienen las actividades que hay previstas en la capital grancanaria por si quieren sumarse. Saludos y que tengan buenos finados.

De finados y Don Juan

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Tiempos modernos

Tiempos modernosComo uno tiene sus manías, me da por ponerle a mis hijos (todos pequeños aún, pero no demasiado), aparte del actual cine convencional del imperio para niños y para los que no son tanto -ya saben, Disney, DreamWorks y similares-, algo del buen cine del pasado que ni las pantallas comerciales ni la televisión se molestan ya en poner jamás.

Hablo de «El gordo y el flaco», de Harold Lloyd, de Buster Keaton y, ni que decir tiene, de Charlot. Al principio los niños te miran con recelo por enseñarles algo que no tiene ni efectos especiales, ni color y ni tan siquiera sonido. Pero siempre, después que acaba, me dicen que les ha encantado.
El otro día me dió por ponerles en casa Tiempos modernos, de Chaplin. No la veía desde hacía años y uno con la edad, pues que quieren que les diga, no lo recuerda todo, más aún cuando vives en un medio ambiente informativamente saturado.
Tiempos modernosFue otro éxito más de proyección hogareña y, cuando terminó, me dí cuenta de que hoy es prácticamente imposible encontrar entre los estrenos cinematográficos, en la tele y en las incontables mentecatadas que recibes a diario por el móvil y el correo, algo más «subversivo», antisistema, de protesta contra el capitalismo brutal y de denuncia de la alienación del individuo y sus derechos como esta película de 1936. Sólo la comparación desde el primer minuto de los trabajadores que van a la fábrica con un rebaño de borregos dice todo de sus intenciones.
tiemposmodernos2Y lo curioso es que las imágenes que muestra -de la explotación del individuo, su humillación, la persecución de los obreros que se manifiestan y que son apaleados y encarcelados, la chica que roba para darle comida a sus hermanos huérfanos y que pasa hambre con frecuencia, las cárceles o el tráfico de drogas- las ves con una sonrisa de complicidad más que con la tristeza que conllevaría un drama convencional. La maestría con que está hecha demuestra el aserto de que se consigue más con una cucharadita de miel que con un barril de vinagre.
Tiempos modernos consigue muchas décadas después de realizada que su mensaje siga totalmente vigente y que hasta un niño pueda verla con risas sin dejar de transmitir al mismo tiempo sus valores de denuncia y sentido de lucha a los adultos que quieren abandonar por un momento el pesebre del cine común que nos inunda y que en nada se compromete.
Tiempos modernos
Quienes no la hayan visto ya están tardando. Los que ya lo hayan hecho, este es un buen momento para volver a disfrutarla.

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