El hombre razonable se adapta al mundo; el irrazonable intenta adaptar el mundo a sí mismo. Así pues, el progreso depende del hombre irrazonable.
Bibliotecario, documentalista, amante de la lectura, la buena música, la cultura canaria, las imágenes proyectadas, el buen yantar y alguna otra cosa que ahora mismo no recuerdo.
Me considero ciudadano del mundo ante los que quieren crear nuevas fronteras. No comulgo con ruedas de molino, ni siquiera con lo políticamente correcto en cada momento y, si lo dudan, aquí tendrán ocasión de comprobarlo.
Escribo desde Telde, isla de Gran Canaria, España / Spain. Pincha en este enlace si deseas enviarme un correo electrónico.
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El hombre irrazonable 
Saludos Victor, gracias por enlazarme a tú Blog, me parece muy interesante, ya he hecho lo propio con el tuyo. Me encanta!
Creo que llevas razon en muchas cosas pero el partidismo y el fanatismo deberian estar derogados por ley, criticando las actuaciones de los demas o lo que no te gusta no estas aportando ideas, por que no piensas en como puedes aportar ideas para mejorar. ¿No crees que como hombre razonable el desgaste de las energias para consumir el contrario no sin mas eso?¿las energias en cambio aprovechadas en realizar un esfuerzo para aportar algo seria mucho mejor? Creo que debes quitarte ese disfraz que te han confeccionado de izquierdas, no hace falta ser o pertenecer a ningún grupo social para sentirse feliz. Se tu mismo. Te agradezco que leas mi blog y sigue el ejemplo.
Hola Manuel,
tengo en cuenta tu comentario, pero con la salvedad de advertirte de dos errores: no soy un hombre «razonable» como indicas, sino «irrazonable» por las razones ya explicadas. Tampoco porque le dé una tunda en, entre otros, el post «Van a por nosotros», a los impresentables del Partido Popular en Canarias y Coalición Canaria del desGobierno de Canarias debes automáticamente colegir que soy de izquierdas. Cada uno se lleva lo suyo, ahora le toca a aquellos, luego le tocará a los otros, aunque si hacen algo bien no tendré reparo en aplaudirlo.
Afortunadamente ni milito ni he militado nunca en partido alguno, por más que haya votado de la forma más variable a uno u otros desde que cumplí la mayoria de edad, aunque, indefectiblemente, todas las opciones han acabado desilusionándome por cuanto todos los partidos cumplen siempre el siguiente axioma, además en este preciso orden: no hacer nada que vaya en contra de mis intereses personales (hablo del político de turno) y no hacer nada que vaya en contra de los intereses de mi partido político. Da igual que para ambos casos esté el interés común en juego. Lo primero es lo primero.
Por otro lado, no sé si interpreto bien tu frase «partidismo y el fanatismo deberian estar derogados por ley, criticando las actuaciones de los demas o lo que no te gusta». ¿Que quieres decir, que los que no silencian o aplauden las malas acciones y marginaciones hechas por quienes tienen el poder son partidistas y fanáticos y por lo tanto debe aplícarseles la censura a lo que escriban?.
Si es así que triste. Efectivamente, expresarnos con total libertad es nuestro derecho -que por otra parte lo garantiza la Carta Magna para cualquiera de nosotros- por lo que deberás aceptar las opiniones de otros aunque no cuadren con tu propio pensamiento, y más cuando se trata de los derechos básicos de los sometidos y pisoteados (los grancanarios en el caso del post -pero no sólo ese por desgracia- «Van a por nosotros») por un Gobierno autonómo diseñado para machacarnos.
Por cierto, no sé si tu comentario es genérico y por eso está en esta página de «Acerca de mí» o se refiere al post «Van a por nosotros». Si es lo segundo, me dices para cambiar tu comentario (y este mío también) de sitio.
Saludos,
Víctor Macías