Apaga la televisión y la radio, cierra el periódico. No hables con nadie del miedo andante que te rodea a diario. Quieren atemorizarte, desean que no pienses en nada más. Pero puedes imaginar que la vida es más que eso y recordar cómo era todo. No sólo cómo sucedían las cosas antes de la crisis -que lleva más tiempo con nosotros del que creemos, cuando acabó con nuestros valores- sino mucho atrás, cuando tenías ilusiones, cuando no todo era pensar en falsas necesidades que te han ido metiendo en la cabeza día tras día a través de los folletos del buzón, de los anuncios, de la maldita caja tonta que, a fin de cuentas, ha demostrado ser más lista que nosotros.
Aprovecha para quitarte el yugo que te has puesto, que todos hemos cogido voluntariamente y piensa que hay que vivir:
Pulsa: Joan Baptista Humet – Hay que vivir (1980) (1980) 3’44” min.
Habrá que hacernos a la idea
que sube la marea
y esto no da más de sí.
Habrá que darnos por vencidos
y echarnos al camino
que no hay nortes por aquí.
Al sueño americano,
se le han ido las manos
y ya no tiene nada que ofrecer,
sólo esperar y ver si cede
la gran bola de nieve
que se levanta por doquier.¡Hay que vivir!, amigo mío
antes que nada hay que vivir,
y ya va haciendo frío,
hay que burlar ese futuro
que empieza a hacerse muro en ti.Habrá que componer de nuevo
el pozo y el granero
y aprender de nuevo a andar.
Hacer del sol nuestro aliado
pintar el horno ajado
y volver a respirar.
Quitarle centinelas,
al parque y a la escuela,
columpios y sonrisas volarán.
Sentirse libre y suficiente
al cierzo y al relente,
mientras se va dorando el pan.Habrá que demoler barreras,
crear nuevas maneras
y alzar otra verdad.
Desempolvar viejas creencias
que hablaban en esencia
sobre la simplicidad.
Darles a nuestros hijos,
el credo y el hechizo
del alba y el rescoldo
en el hogar.
Y si aún nos queda algo de tiempo,
poner la cara al viento
y aventurarnos a soñar.